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mejorar el placer femenino

En la búsqueda del placer femenino

El placer, al igual que el amor y otros muchos sentimientos u emociones, son difíciles de medir. Si atendemos a nuestro cuerpo y contabilizamos el número de orgasmos y número de veces que llegamos al clímax con nuestro compañero o compañera sexual podemos aproximarnos. Pero la pregunta es obligada: ¿Quién gana en esta batalla?

En la gran mayoría de los casos, en las relaciones heterosexuales, los que más veces llegan al orgasmo son los hombres. Aunque es importante saber que cada pareja y en especial, cada persona, es diferente. Si atendemos a estas diferencias, sí que hay un patrón repetido en las relaciones sexuales de las parejas. ¿Quieres saber por qué?

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En la búsqueda del placer femenino

Sexo reproductivo y placentero

Antiguamente, el único objetivo de mantener una relación sexual era la reproducción y con ello la perpetuación de la especie. A través de un contacto pene-vagina, lo que se conoce como coito, cuya función esta centrada en tener descendencia. Es decir, una función básicamente reproductora sin fijar mucho la atención en el placer o la satisfacción.

Sin embargo, con la aparición de métodos anticonceptivos esta parte reproductora paso a un segundo plano primando la función sexual. Esta otra faceta del sexo, entendido como encuentro entre dos personas, es mucho más afectiva, consciente, libre y voluntaria. Además, su objetivo es el placer y la comunicación afectiva con la pareja. Para lograr esto es mucho más efectiva técnicas como las » caricias sensoriales» no centradas únicamente en la estimulación genital.

Coitocentrismo

Actualmente, con el movimiento feminista especialmente, han ido surgiendo nuevos términos con el fin de dar nombre y visibilizar ciertas situaciones normalizadas. Un término que está cogiendo mucha fuerza es el “coitocentrismo”. El coitocentrismo es la creencia o interpretación errónea de la penetración como eje central de la relación sexual.

Muchas personas cometen el error de pensar que sin penetración no hay relación sexual o se quedan con la sensación de que no ha sido completa. Un expresión relacionada con esto, que trataré más adelante, es la «perdida de la virginidad» que hace alusión a la primera penetración.

En cambio, el objetivo de mantener una relación sexual va mucho más allá de la penetración, como hemos comentado antes. Una de las razones por la cual el coitocentrismo sigue vivo en nuestros días es la gran asociación social entre el sexo y los genitales, dejando de lado las zonas erógenas o las filias más personales.  

Componente social

A día de hoy creo que no se puede negar la raíz patriarcal que existe en nuestra sociedad, lo que ha generado grandes estragos en la búsqueda del placer femenino. El marco de referencia, modelos y tipo de educación que recibimos hombres y mujeres es diferente, generando actitudes y conductas también diferenciadas.

Esto lleva a uno de los mitos de que «El hombre debe tener ganas de sexo siempre, y por el contrario, la mujer no debe mostrar demasiado interés en las relaciones para no ser calificada de forma despectiva».

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Lenguaje

El lenguaje está muy relacionado con el anterior punto y este tiene gran influencia en nosotros, ya que a través de él es como pensamos. Aunque algunas cosas van cambiando poco a poco, aún hay trabajo por delante.

Por un lado, se considera que las mujeres no deben hablar de sexo, siendo incluso ofensivo en muchos casos, logrando invisibilizar el deseo sexual femenino. Por otro lado, las expresiones sexuales para referirnos al placer masculino son ilimitadas, mientras que son muy pocas las expresiones para el placer femenino.

Por si no lo ves claro, te propongo un ejercicio sencillo: piensa en las expresiones que conoces para hablar de la masturbación masculina y ahora para la femenina. ¿Ves la diferencia?

Pornografía

La pornografía mainstream es el claro ejemplo de cómo el sexo está mucho más enfocado al placer masculino. Desde los planos, las escenas, las temáticas…Pero como podéis ver en este post hay nuevas formas de hacer pornografía, e incluso en algunas páginas de pornografía hay una sección “para mujeres”. Asimismo, el mal uso de la pornografía normaliza las relaciones desiguales de sumisión entre el hombre y la mujer.

Además, muchas personas jóvenes toman como modelo estos vídeos o películas, lo que además de crear falsas expectativas y desinformación sobre el placer femenino.

Relaciones homosexuales

Los estudios respecto a las relaciones homosexuales y la satisfacción de las mismas es bastante escasa. Pero si se ha visto que en las relaciones entre mujeres homosexuales o bisexuales los datos en cuanto a satisfacción difieren de las heterosexuales. En el caso de las parejas heterosexuales las mujeres llegan al orgasmo un 60% de las veces, mientras que las mujeres lesbianas llegan al orgasmo en más del 75% de las ocasiones. Aunque la diferencia no es pasmosa, si se tendría información acerca de cómo se ha logrado es probable que en las relaciones no heterosexuales el orgasmo se alcance por practicas menos genitalizadas.

La solución ante las múltiples diferencias entre el disfrute del sexo entre hombres y mujeres es una buena educación sexual. La visibilidad del placer femenino y la búsqueda del mismo pueden conseguirse gracias a la enseñanza de una sexualidad sana, sin etiquetas ni roles de género.

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